El mindfulness nos puede ayudar a envejecer con tranquilidad

La vejez sucede. Todos lo sabemos y, a veces, disfrutamos los frutos y libertades que trae consigo. Pero también es una experiencia de humildad que nuestros cuerpos estén cambiando, que nos olvidemos de nombres o de hechos o que nos demos cuenta de que el mundo está moviéndose más rápidamente a nuestro rededor y, no necesariamente, nosotros estamos conduciendo el auto. Pero resistirnos a lo que no podemos controlar solo añade incomodidad e infelicidad y lamentarnos de los inevitables cambios del tiempo no cambia su realidad.

El mindfulness nos ayuda a abrazar los cambios aceptando su inevitabilidad mientras también luchamos activamente donde podamos. Envejecer está aquí y está sucediendo todo el tiempo. Esta experiencia de vida se acumula así lo queramos o no. Cómo lo usemos depende de nosotros.

El cambio siempre es posible…

Como sea que te sientas sobre hacerte mayor, es posible experimentarlo con un mayor sentido de tranquilidad. Una fórmula sencilla sigue siendo la mejor recomendación médica que tenemos cuando se trata de envejecer bien: una nutrición saludable, ejercicio regular y un dormir adecuado. También sabemos que el cerebro continúa creciendo y cambiando a lo largo de nuestra vida y está influenciado por nuestros patrones habituales.

… Y comienza con una escogencia.

Hemos vivido de una manera por largo tiempo, hay nuevas consideraciones sobre las que debemos actuar. Tu puedes escoger cómo navegar sobre este nuevo terreno. Aquí hay unas herramientas comprobadas para ayudarnos en el camino.

Mantente conectado. Tal vez tus hijos son mayores y no estás en contacto con los padres del colegio como antes o no tienes que ir a la oficina diariamente. Estar en contacto con otros puede requerir ahora más planificación, pero la participación social es vital. La investigación sugiere que uno de cada cinco adultos se siente crónicamente solitario y esa soledad está correlacionada con mala salud. Tome lo que tome, diseña diligentemente el tiempo con familia, amigos o en la comunidad donde vives.

Cuida tu mente. El aprendizaje continuo puede prevenir la disminución cognitiva a medida que envejeces. Mantén tus pasatiempos y aficiones, prueba con algunos nuevos o toma una clase. Si no estás trabajando mucho, considera el trabajo voluntario o usar tu experiencia para ofrecer servicios de consultoría en tu comunidad. Atiende las preocupaciones mentales a medida que surjan; el riesgo de depresión aumenta con la edad. Menos uso del ordenador y de la televisión también se correlaciona con mejor salud mental y física.

Reevalúa tu dieta. Las necesidades del cuerpo cambian a lo largo de nuestra vida y nuestras dietas deben reflejar eso. Tal vez acostumbrabas a comer o beber lo que querías, pero ahora las comidas muy especiadas afectan tu estómago, tu tolerancia al alcohol ha bajado y estás aumentando de peso más fácilmente. El mindfulness es una herramienta útil para explorar tus hábitos alimenticios y para apoyar pasos firmes hacia crear nuevos hábitos de acuerdo con tus necesidades de ahora.

Muévete más. La masa muscular empieza a retroceder tan pronto como a los 30 años, pero el ejercicio puede contrarrestar eso. Un estudio encontró que solo 30 minutos de ejercicio intenso tres veces a la semana restaura la salud celular de los músculos degradados por le vejez. El ejercicio también apoya la densidad ósea, el equilibrio, la agilidad, ayuda a dormir mejor y puede reducir la depresión. Y considera esto: el sobrepeso relacionado con la edad se atribuye con frecuencia inadecuadamente a un cambio en el metabolismo, cuando realmente podría ser causado por menor actividad física. Aún 10 minutos varias veces a la semana mejora tu estado de ánimo del momento y también incrementa la calidad física y mental a más largo plazo. Así que ¡empieza a moverte!

Encuentra tu fórmula de sueño. La necesidad y los patrones de sueño cambian a lo largo de nuestras vidas. Puedes encontrarte necesitando dormir más o tal vez menos. Tal vez una siesta de 20 minutos a medio día es lo que te mantendría en equilibrio ahora. La calidad de tu sueño también está determinada por exceso de alcohol, de cafeína o de uso de las pantallas, y también puede estar siendo afectado por asuntos de salud como los síntomas de la menopausia, acidez o medicinas. Y ¿adivina qué? El sueño a menudo mejora con ejercicios de meditación regulares.

Practica mindfulness. El estrés es uno de los mayores factores de riesgo de la salud, impactando seriamente tanto la salud mental, como la física. La meditación mindfulness es una de las mejores maneras de reducir el estrés y de mejorar tu bienestar emocional. También mejora la atención, apoya los cambios de hábitos y puede ayudar a proteger tu memoria. Recuerda, no hay una manera “perfecta” de meditar. Está bien si tu mente divaga, así como también está bien si prefieres hacerlo sentado en una silla o en un cojín. Lo que sea que suceda, es normal.

Empieza dónde te encuentres.

¡Una de las mejores verdades sobre envejecer es que nunca es demasiado tarde para aprender! ¿Qué tal si usamos nuestra -un poco más sabia- perspectiva para examinar nuestros hábitos que limitan nuestra habilidad para abrazar los cambios? ¿Hábitos como la resistencia, la racionalización o la de procrastinar? Centrarte en la dieta y el ejercicio te ayuda físicamente y te ofrece oportunidades de aprender nuevas habilidades. Mantener o expandir tus círculos sociales te provee de estimulación, conexión y, tal vez, de nuevas experiencias. La meditación mindfulness ayuda a nuestro cerebro minimizando el sesgo de la negatividad, que hace a los pensamientos desagradables más pegajosos (envejecer es horrible) que a los más placenteros (yo puedo adaptarme y todavía disfrutar de la vida a medida que envejezco).

Si lo elegimos, podríamos encontrar un nuevo paisaje, así como los caminos y vistas que conlleva, un cambio bienvenido.

Autor: Mark Bertin, M.D.

Revista Mindful

Traducción: Gerardo Tálamo, Ph.D.

Gerardo Tálamo
Psicólogo, M.Ed., Ph.D.
Tutoría en Mindfulness, Coach Ejecutivo Certificado, C.C.L. Coaching Basado en Mindfulness