Cómo fomentar la gratitud en nuestros hijos

Fomentar la gratitud en nuestros hijos es una tarea a largo plazo y se logra ayudándolos a establecer relaciones interpersonales fuertes, empatía hacia los demás y estando atentos a las cosas buenas de la vida.

Una investigación patrocinada por la Universidad de California Berkeley, dirigida por la profesora Andrea Hussong estudió el agradecimiento en un grupo de más de 100 niños de entre 6 y 9 años y sus padres, y se encontró que mientras más acción asumían los padres en cultivar la gratitud en sus hijos en un día determinado, más gratitud mostraban los niños ese mismo día, en comparación con los niños cuyos padres eran menos activos en ese aspecto.

De dicha investigación y de otras, se derivan varias sugerencias para los padres que desean tener una influencia positiva en sus hijos:

1. Un día a la vez: los padres pueden involucrarse diversas actividades diarias para ayudar a sus niños a aprender sobre la gratitud. Por ejemplo, si observas que tu niño le dice a su abuela que le gustó mucho que le preparara su comida favorita cuando vino de visita, puedes decirle al niño cómo tú te sentiste cuando lo viste expresar su gratitud a la abuela.

2. La práctica de “las tres cosas buenas”: antes de dormir, los padres y los hijos pueden compartir tres cosas buenas que les sucedieron ese día. Los padres de adolescentes pueden practicar, a manera de un juego, el identificar tres cosas cotidianas que son algo bueno en sus vidas: sus familiares, sus amigos, la mascota, el postre que comieron, el paseo donde estuvieron. Se trata de aprender a tomar consciencia de esas cosas que son “buenas” y que están allí y disfrutarlas al compartirlas con la familia.

3. Poco a poco: la comprensión de la gratitud va madurando a medida que los niños van creciendo y puede experimentarse de manera diferente según las edades. Para los niños, la gratitud puede percibirse de manera diferente a como la experimentan los adultos. Usualmente, los niños perciben la gratitud fácilmente cuando comprenden que se les ha dado un regalo intencionalmente y sienten alegría; allí expresan la gratitud espontáneamente.

4. El modelaje de los padres y de los adultos de la familia al expresar claramente la gratitud hacia una persona, abre el camino para que el niño se sienta cómodo al hacerlo y allí se le puede reforzar el comportamiento solo con una sonrisa y un giño cariñoso; no es necesaria una lección formal sobre la gratitud. Y de no ser posible en el momento, siempre habrá los minutos para decirlo posteriormente.

5. Los niños que reciben agradecimiento por conductas meritorias tienden a ser agradecidos cuando están en situaciones parecidas.

Los cuatro elementos necesarios para fomentar la gratitud en los niños son:

1. Cuando nos damos cuenta de lo que podemos agradecer. 2. Cuando pensamos sobre por qué nos han dado eso. 3. Cómo nos sentimos sobre lo que nos han dado. 4. Qué hacemos para expresar que apreciamos lo que nos han dado.

Gerardo Tálamo
Psicólogo, M.Ed., Ph.D.
Tutoría en Mindfulness, Coach Ejecutivo Certificado, C.C.L. Coaching Basado en Mindfulness