¡Cuidado con ese cerebro que forma hábitos!
¿Alguna vez te has preguntado por qué una persona desarrolla el hábito de comprar utensilios de cocina que no necesita? O ¿por qué chequean su Facebook otra vez si ya lo hicieron hace solo 15 minutos? O ¿deambulan por la cocina por las noches, sin realmente tener hambre, solo por que quieren “algo”?
No hay ningún misterio en esto, solo se trata de nuestros cerebros funcionando: deseamos, encontramos, recordamos…deseamos otra vez. Es el ciclo del deseo o del ansia por conseguir algo. Si entendemos este ciclo, tenemos más posibilidad de atraparlo a tiempo y de dar los pasos para hacer escogencias más pensadas.
Vamos a descomponer el proceso y a entender dónde podemos hacer cambios:
1. Nuestro cerebro toma datos por medio de nuestros cinco sentidos o de un pensamiento. Por ejemplo, vemos un “selfie” que nos tomamos frente a la Torre Eiffel.
2. Con base en experiencias similares -y porque vemos el mundo a través de los lentes que nos hemos fabricado- nuestros cerebros interpretan esto como placentero o incómodo.
3. Si es placentero, nuestro cerebro tiene un apetito o una urgencia: “Dame más de eso”; pero si es incómodo, nos dice: “Quita eso frente a mi”.
4. Hacemos algo para hacer que lo bueno se quede o que lo incómodo se vaya. Por ejemplo, ponemos la fotografía en Facebook y recibimos muchos “me gusta” y comentarios sobre ella.
5. Si nuestra conducta fue exitosa, nuestro cerebro lo registra para recordarnos que lo volvamos a hacer en el futuro. “Eso estuvo excelente. No te olvides de tomar más fotos y de subirlas a Facebook cuando estés en viajes exóticos”.
6. Este nuevo recuerdo refuerza nuestro punto 2 para decirnos cómo vemos el mundo -ratificando cómo lo vimos previamente, o actualizándolo si hay información nueva-.
¿Cómo cambiar?
Cada vez que pasamos por ese proceso, nuestros circuitos cerebrales, que asocian la experiencia como placentera o incómoda, se fortalecen. Por lo tanto, podemos no darnos cuenta de lo que sentimos o de la urgencia de actuar.
¡Se acaba de formar un nuevo hábito!
Entender cómo funciona esto nos ayuda a ser compasivos con nosotros mismos y con nuestras personas cercanas. Empezamos a comprender cómo funcionamos y a no tomarnos tan en serio a nosotros mismos. Y, viendo cómo reforzamos nuestros hábitos, puede ayudarnos a cambiarlos.
Piensa en uno de tus hábitos poco convenientes y la próxima vez que se active, observa si puedes identificar cada paso. ¿Puedes ver cómo el hábito se refuerza a sí mismo? Date cuenta de los que está sucediendo en tu cuerpo. ¿Puedes notar lo placentero o lo incómodo y no actuar en consecuencia? ¿Cómo se siente esa urgencia de actuar momento a momento?
Basado en un artículo de Judson Brewer, PhD – Publicado en la revista Mindful.