5 recomendaciones para fomentar la regulación emocional en los niños

La regulación emocional es una necesidad absoluta en los niños para su desarrollo académico, social y moral. A los padres, con frecuencia, se les hace difícil encontrar la manera correcta de enseñar regulación emocional a sus niños y a enfrentarse a los estresores de la vida diaria.

La percepción y la gestión emocional nunca son iguales en dos personas, por lo que es difícil entrenara alguien, con éxito, a regular sus emociones. Sin embargo, con los años los psicólogos vienen presentando algunas buenas soluciones a este problema.

A continuación, se presentan algunas estrategias que, tanto padres como cuidadores, pueden usar para cultivar la regulación emocional de los menores.

Modelar la conducta correcta: los niños aprenden mediante la observación. Mostrarles qué hacer, en vez de dirigirlos verbalmente genera mejores resultados. Por ejemplo, un niño que crece con padres que se tratan con respeto el uno al otro y que resuelven sus conflictos sin ser abusivos, aprenderán a ser más equilibrados emocionalmente y más resilientes que un niño que crece con padres agresivos y abusivos. Es esencial mostrarles a los niños que la actitud positiva es la “única” manera de manejar los estresores y la mejor manera de hacerlo es practicarlo nosotros mismos. Retrasar el tiempo de respuesta: Motivar al niño a no tener reacciones inmediatas. Cuando el niño se pone rabioso o triste, pídele que aguante por un momento y que reaccione después de ese tiempo. El retraso en el tiempo de respuesta permite que se disminuya la respuesta de “huir o pelear” y, con mucha probabilidad, el niño responderá menos intensamente a como lo haría usualmente. Trabajar con el vocabulario emocional del niño: La auto-expresión funciona muy bien en la regulación emocional de los niños. A menudo, el niño experimenta algo que no es capaz de explicar y la frustración que sigue, lo lleva a una reacción desagradable que no es aceptable. Una estrategia útil es crear un cartel con los nombres de todas las emociones, con ejemplos o ilustraciones faciales de cómo nos hace sentir una emoción particular. Poder llamar por su nombre los sentimientos que están experimentando hace al niño más vigilante y consciente de sus sentimientos más internos y reduce la probabilidad de explosiones emocionales. Enseñar sobre acciones y sus consecuencias: Cuando un niño está consciente de lo que podrían causarle sus acciones, probablemente escogerá sus pasos con cuidado. Así sea en el aula de clases o en casa, podemos tener conversaciones significativas con los niños sobre lo que es una acción y cuáles podrían ser sus consecuencias. Por ejemplo, los maestros y los padres pueden hacer un cartel presentando algunas actividades con sus impactos potenciales y preguntarle al niño que acciones escogería.

Enseñar a detectar el estrés: La meta de fomentar la regulación emocional en los niños es hacerlos autodependientes como personas en el futuro. Hay situaciones particulares, personas o eventos que crean estrés en los niños; por ejemplo, ir a la escuela sin sus padres, ser amonestado por los maestros o que alguien les quite su juguete favorito. Si pudiéramos dedicar algún tiempo a ayudarlos a identificar las cosas pequeñas que causan sentimientos desagradables en ellos los ayudaría a estar conscientes de los estresores y dotarlos de fortaleza para enfrentar sus emociones efectivamente a medida que van creciendo.

Autora: Madhuleena Roy Chowdhury, publicado en línea en positivepsychology.com.

Gerardo Tálamo
Psicólogo, M.Ed., Ph.D.
Tutoría en Mindfulness, Coach Ejecutivo Certificado, C.C.L. Coaching Basado en Mindfulness